viernes, 2 de mayo de 2014
No dejaré de lado un detalle interesante: su complexion y apariencia física. La primera vez que lo vi mi impresión fué la de un ser místico. Lo digo así, en aquella ocación esa fué la imagen que me quedó. ¿por
qué? No era sino de estatura normal. De pulcritud normal. De la frente hasta la nuca emitia un brillo sostenido y era por que todos los dias se rasuraba; se aseaba de contínuo, de aliento fresco nada ofensivo. Cuidó estos detalles con-
tinuamente, su ropa ordinaria. Usaba traje en repetidas ocaciones, muy seguido. Sus actividades lo exigian.
El primer contacto no fué algo que señalara simpatía por él. Al contrario, despertó en mí recato, sospechas y hasta
menosprecio, pues su forma de hablar era en tono elevado -en tono y volumen-. Su rostro por igual era fiero, tez morena
y requemada curtida por el sol. ¿Su voz? Por igual; unn tanto pastosa, dejabanse oir sonidos guturales y poco nasales.
Nunca se oyó de voz cansada (excepto la ultima vez que lo ví).
Es mi intencion dejar claro que, no estoy admirando personalidades ni deseo exaltarlas por encima de nadie, pero es necesário tener del todo claro de quién estamos hablando, por que, como dije arriba, esta historia es increíble. Dicho lo anterior entonces, continúo: Mientras andabamos por donde fuera, este hombre dejaba a buen paso su experiencia, su
sabiduría su entusiasmo por la lectura y, esto es indispensable recalcarlo: comparado con él sus contemporaneos se quedaban bien cortos; pues, bien privilegiado me sentí cuando visitamos los campos por donde él caminó cuando empezó su proceso de formación allí vi en persona a algunos de ellos tirados en sus catres demasiado avegentados pues parecían de ciento y tantos años.
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